
Las larvas de este pez empiezan a cazar pocos días después de su fertilización y muestran un comportamiento llamado 'captura de la presa', lo que supone la percepción del cebo y la aproximación a éste mientras nada.
Se ha utilizado una tecnología que detecta la actividad cerebral a través de una sonda fluorescente, y que permite saber cuales son los circuitos involucrados en comportamientos desde la percepción hasta la toma de decisiones.
El estudio se llevó a cabo colocando un microorganismo (del que se alimenta esta especie) cerca de la cabeza de la larva, lo que produjo actividad cerebral en ésta y que los investigadores recogieron. Los resultados mostraron que el pez responde a su alimento cuando se mueve pero no cuando está quieto. La comida se mueve, el cerebro se activa.

El investigador concluye diciendo que analizar el cerebro de un pez puede llevarnos a conocer mucho mejor los circuitos neuronales del cerebro humano, y que permitiría desarrollar nuevos medicamentos psiquiátricos.
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